Llega la Navidad y con ella, el gran dolor de cabeza: ¿Qué le voy a regalar a mis hijos para que sean felices?
Entonces, nos vamos a las grandes tiendas para ver los más maravillosos regalos, pero así como maravillosos, caros...carísimos.
En cambio, cuando buscamos los regalos para nuestros hijos, ponemos los ojos sobre el juguete más sofisticado, el que viene en caja más grande y el que cuesta más de $50.00, creyendo, que de lo contrario, el regalo será muy sencillo y nuestros hijos no estarán felices.
Debemos tener siempre presente que los niños por naturaleza son insaceables, esto es, nunca se cansarán de pedir y nunca, por más regalos que se les de, quedarán satisfechos.
Además, cuando los niños reciben muchos regalos, les es difícil decidir con cuál jugar; e incluso, algunas veces sólo eligen uno y los demás los dejan de lado.
Por eso, nosotros como adultos, somos quienes debemos poner un límite racional a los regalos que compramos para nuestros niños. Para ello, es fundamental que tengas en cuenta un presupuesto acorde con tu economía.
Finalmente, la cantidad de regalos no hace la felicidad...el amor, cariño y aprecio de los familiares, sí.
Enseñemos a nuestros hijos la verdadera importancia de la Navidad y terminemos con los gastos innecesarios que nos generan tantos dolores de cabeza y sobre todo, muchísimas deudas.
*Recuerda que son los medios de comunicación y la industria, quienes nos han generado la idea de que mientras más consumas y compres, más feliz serás y más feliz harás a tu familia. Eso no es verdad... Tú lo sabes.
Fuente: http://www.educandoalafamilia.blogspot.com/
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