ANONADADA estoy desde que el Alcalde de León y la Presidenta de la Diputación han vuelto de su visita al Palacio de la Moncloa para intercambiar impresiones con el Presidente del Gobierno. Anonadada porque Zapatero pueda aún «vender» la finalización de determinados proyectos. Es como si pretendiera, ahora que regresa, regalarnos, cual Papá Noel, la finalización y puesta en marcha de una infraestructura tan demandada como la autovía León-Valladolid. Y entierra el yacimiento arqueológico de Lancia porque, «como sea» esa obra se termina en ese plazo.
Supongo que tanto Carrasco como Gutiérrez, que no son precisamente bisoños en política, habrán puesto en cuarentena esas manifestaciones porque no hace falta correr tanto si eso significa llevarse por delante el asentamiento arqueológico. Y bien está que Zapatero quiera volver a casa esta Navidad con algo más que el turrón de ‘El Almendro’, vendiendo este asunto, pero otra cosa es que los invitados a la reunión se lo «compren».
No concibo que bajo la disculpa de la documentación, se siga adelante con la obra, dejando los restos bajo la autovía. Si se trata de un hallazgo que merece documentarse, mal se compadece la prisa por darle sepultura. Salvo que alguien se empeñe en que la infraestructura en cuestión se contabilice en el «haber» del balance del político de turno. Ya que llevamos tantos años sufriendo la carretera nacional León-Valladolid, no pasará nada por esperar unos meses a que se resuelvan los recursos. Merece la pena defender los restos, conservarlos y que puedan contemplarlos, conocerlos y estudiarlos generaciones venideras.
Lo único que le importa al presidente saliente es cumplir los plazos, aún a riesgo de precipitarse. Y no tiene otra justificación que el rédito político para su persona. Si no es éste el interés subyacente, como leonés debería asegurarse de que al yacimiento arqueológico se le da el nivel de protección adecuado aunque hayan de modificarse trazados viarios y eso pueda alargar el plazo de ejecución. Somos muchos ciudadanos los que ansiamos la autovía a Valladolid, que estoy segura será buena para la provincia, pero no entiendo el porqué de esta premura, salvo que quiera utilizar esa cinta inaugural para envolver nuestro regalo de Navidad.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/08/leon/1315518245.html
Supongo que tanto Carrasco como Gutiérrez, que no son precisamente bisoños en política, habrán puesto en cuarentena esas manifestaciones porque no hace falta correr tanto si eso significa llevarse por delante el asentamiento arqueológico. Y bien está que Zapatero quiera volver a casa esta Navidad con algo más que el turrón de ‘El Almendro’, vendiendo este asunto, pero otra cosa es que los invitados a la reunión se lo «compren».
No concibo que bajo la disculpa de la documentación, se siga adelante con la obra, dejando los restos bajo la autovía. Si se trata de un hallazgo que merece documentarse, mal se compadece la prisa por darle sepultura. Salvo que alguien se empeñe en que la infraestructura en cuestión se contabilice en el «haber» del balance del político de turno. Ya que llevamos tantos años sufriendo la carretera nacional León-Valladolid, no pasará nada por esperar unos meses a que se resuelvan los recursos. Merece la pena defender los restos, conservarlos y que puedan contemplarlos, conocerlos y estudiarlos generaciones venideras.
Lo único que le importa al presidente saliente es cumplir los plazos, aún a riesgo de precipitarse. Y no tiene otra justificación que el rédito político para su persona. Si no es éste el interés subyacente, como leonés debería asegurarse de que al yacimiento arqueológico se le da el nivel de protección adecuado aunque hayan de modificarse trazados viarios y eso pueda alargar el plazo de ejecución. Somos muchos ciudadanos los que ansiamos la autovía a Valladolid, que estoy segura será buena para la provincia, pero no entiendo el porqué de esta premura, salvo que quiera utilizar esa cinta inaugural para envolver nuestro regalo de Navidad.
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